viernes, 24 de octubre de 2014

Prólogo:


Sentí que ese era mi final, mi último aliento. Sabía que no llegaría más lejos de donde me encontraba. Todo había terminado para mí.
Imágenes de todo lo que había vivido pasaban fugazmente por mi mente para llegar cuanto antes a los mejores recuerdos que, jamás imaginados, habían sido con y gracias a él estos últimos seis meses.
El frío comenzaba a calarse en mí, sintiéndome cada vez más y más vacía.
Cerré los ojos por un segundo y su sonrisa apareció, me hizo sonreír una última vez.
¿Quién me habría dicho que acabaría enamorando de un tipo como él? Tan egocéntrico y creído...
Su voz, la escuchaba. Me estaba llamando pero no conseguía descifrar qué me gritaba.
-Tranquilo...-dije en un hilo de voz con la esperanza de que llegase hasta él- Sabía que no pasaría de aquí... Gracias.
Las lágrimas se deslizaron lentamente por mis mejillas mientras le regalaba mi mayor y última sonrisa, justo antes de sentir cómo mi alma inmortal comenzaba a desligarse de mi cuerpo. Mientras poco a poco intentaba recordar quién era, quería guardar esos preciosos recuerdos para mi próxima vida aunque ya sabía que eso no sería posible.